lunes, 3 de junio de 2019

El Barzón, más vigente que nunca


DEBO NO NIEGO; PAGO LO JUSTO” 
*Teresa Carbajal

En agosto del año de 1993 surgió en Jalisco, el Barzón, un movimiento social que a través de manifestaciones públicas se pronunciaba en desacuerdo con el modelo económico que imperaba.
Más endeudados que nunca, pero sobre todo apaleados por los desatinos gubernamentales en la reestructuración de políticas públicas, agricultores, clase media y clase media productiva, generaron un estallido social apolítico que marcó uno de los primeros antecedentes en México, de sociedad civil organizada.

El nombre de El Barzón fue adoptado por el movimiento a propuesta de agricultores jalicienses, quienes se sentían identificados con el corrido revolucionario, “se me reventó el barzón y sigue la yunta andando” el que contaba la vida y dificultades sufridas por los peones acasillados siempre endeudados con los hacendados.

Hoy, 26 años después y cuando creíamos que la cartera vencida -en las latitudes hacia las que se dirige- era cosa del pasado; la historia parece repetirse, pues la sorpresa y el asombro no terminan, con las acciones de la 4T de las que cotidianamente nos enteramos.

Los recortes presupuestales en aras de una austeridad hasta cierto punto injustificada parecen no tener límites al afectar el rubro salud de los mexicanos, y no me refiero solo al desabasto de medicinas sino a dejar sin el apoyo que como sueldo se les venía proporcionando a los médicos recién egresados que prestaban servicio social en las comunidades más apartadas de nuestro país.

Si el cierre de las guarderías en principio fue justificado, por la supuesta corrupción y desvío de recursos que imperaba en el medio, los despidos masivos e indolentes que han seguido al hecho, se tornan como una política salvaje, y desatinada para combatir a la corrupción.

¿A cuántas personas que se han quedado sin empleo conoce usted?, ¿ellos eran realmente los responsables de la corrupción? Pero en cambio si serán ellos quienes sufrirán el castigo como si lo fueran, porque al quedarse sin empleo se convertirán en deudores porque ya no podrán pagar su crédito hipotecario y se quedarán sin vivienda.

O peor aún, ya no tendrán dinero para llevar el sustento diario a su casa, ¿con qué pagarán los estudios de sus hijos, sus servicios de salud, o la renta?

Durante algún tiempo la presencia del barzón pareció diluirse, saliendo a las calles los neo barzonistas, solo en casos de abusos bancarios y cobranza abusiva. Pero ahora que se vislumbra en el horizonte una nueva crisis de impago por falta de ingresos.

Y el aumento en el negocio de las financieras, quienes serán las primeras beneficiarias de la desesperación de quienes firmarán lo que sea a cambio de un poco de liquidez.

El Barzón cobra más vigencia que nunca para defender el patrimonio familiar, la propiedad privada, la dignidad y los derechos humanos de sus agremiados.

¡Pregunte 2281148502, es mejor tener dudas que deudas!

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