El jefe es el jefe.
Santiago Nieto, fue uno de los funcionarios de la 4T que mejor hizo su papel. Como director de la UIF, logro rescatar impuestos que las grandes empresas se negaban a pagar, junto con Raquel Buen Rostro, llevo a cabo políticas que permitieron mejor y mayor recaudación sin aumentar o crear impuestos, y a pesar de no crecer la base de sujetos a gravamen. Era tan serio en su trabajo que reiteradamente se enfrentó al Fiscal General para no inventar cargos, encarcelar inocentes y ser fiel a su misión, recaudar, investigar y cumplir.
Pero en este gobierno hay que parecer, aunque no seas.
El gran pecado, que no delito, de Santiago fue complacer a su amor, como en una telenovela turca o de Televisa. Ella quería un bodón, por eso ambos, funcionarios de esta administración, resolvieron hacer la fiesta en Antigua Guatemala, con lo que no contaron es que el director del Universal cargara con varios sobres de billetes en el avión privado que le convido a otra funcionaria de la 4T. y ahí llego la tragedia, se hizo público.
¿Que se hizo público?
Ningún delito, solo una boda elegante, fifi, de clase media consumista, de aspracionistas que quieren agasajar a sus invitados con baile y bebidas. Y eso, en la víspera de ir a la ONU a decir que en México los funcionarios comen en fondas, usan ropa que no les viene, hablan con majaderías y no saben historia eso es un pecado peor que robar. Y eso duele, eso es alta traición a los ideales morales de la 4T.
Por eso tendremos a un político y no un técnico en una oficina técnica, por eso los admiradores de AMLO brincan alabando su estatura moral, y por eso seguiremos siendo una república bananera donde la vida privada, el chisme, la majadería y la ignorancia serán más valiosas que eficiencia y la eficacia.
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