jueves, 14 de septiembre de 2017

EL AUTOSABOTAJE, AMENAZA DEL ÉXITO
















*Hugo R. Fernández Campos 


Los proyectos productivos engendrados con una subvención del gobierno, generalmente fracasan porque están restringidos a Reglas de Operación que no corresponden a las aptitudes,  habilidades  y conocimientos  de quien los ejecuta. La capacitación técnica y administrativa son bases importantes en las que se debe cimentar la proyección de una actividad que se pretenda sea rentable.   

El valor de afrontar una idea innovadora que podría tener viabilidad económica es fundamental para darle cause a un proyecto; revelar a alguien nuestra intención es exponerse a un escrutinio que generalmente termina con una descalificación de propios y extraños, dando como resultado abortar la intención. 

El establecer un calendario con tareas definidas por semana es una forma de establecer una ruta crítica para llevar a buen término cualquier proyecto.  

Una intención convertida en idea con un propósito, objetivos y metas cuantificables, resulta en un proyecto que se engendrará en un mundo de posibilidades con un componente aleatorio de éxito, pero que ya se ubica en el mundo de lo probable.

Las amenazas externas son importantes más no determinantes; supongamos una devaluación de la moneda, inflación y la instalación de medidas proteccionistas de los países de donde se pueden importar los insumos, estas condiciones seguro encarecerán el costo de los insumos, pero si el proyecto no tiene componentes externos o no está ligado al sector exportador  entonces será factible, aunque el incremento de la inflación puede afectar su alcance.

La trampa de caer en las distracciones mediáticas de los gobiernos para incubar el miedo y permanecer en la inmovilidad, es una estrategia que ha dado como resultado un ejército de personas  que creen que su único camino es el de ser empleado; plantearse la posibilidad de iniciar algún negocio o actividad no relacionada a la función pública es posible, solo hay que proponérselo como un reto y no tenerle miedo al fracaso; al fin al cabo, el fracaso puede tener el mismo rostro de la inmovilidad; sin embargo, la posibilidad de éxito puede tener un rostro desconocido  quizá en el fondo el gran miedo sea al éxito y no al fracaso.

Vencer el miedo a través de eliminar la auto descalificación,  complacencia, conmiseración,  y el creer que merecemos realizar nuestros sueños es viable, sólo hay que identificar a tiempo nuestros auto sabotajes,  ponerlos en un rincón en donde no estorben y actuar ordenadamente todos los días, aún en aquellos en los que parece que no avanzamos nada, pero seguir con trabajo duro hasta ver cristalizados nuestros deseos.

No hay comentarios: