lunes, 21 de mayo de 2018

Pepe Yunes desahuciado


Metapolítica















Por: Gregorio Jácome Moreno

Decía el viejo Jesús Reyes Heroles que en política “la forma es fondo”, el símbolo es significado y una imagen vale más que mil palabras. Hace unos días el presidente Enrique Peña Nieto vino a Veracruz a supervisar la obra de la ampliación del puerto. Lo cual no tendría mayor importancia si no es porque estamos en tiempos electorales, y si no es por el presidente es adicto a mandar mensajes de emisor a receptores políticos. 

De inmediato Comunicación Social de Presidencia comenzó a difundir una fotografía del Presidente con el gobernador de Veracruz Miguel Ángel Yunes, ambos sonrientes, en estado de camaradería y complicidad. ¿Era necesario enviar a los medios esta fotografía para su difusión?, ¿hacia quien iba el mensaje?. Una versión que corrió hace unos meses era de que el Presidente había pactado con el gobernador para que la elección a gobernador fuera ganada por su hijo, ante ello, de inmediato el candidato del PRI Pepe Yunes salió a desmentir dicha versión diciendo con toda razón que una elección de esta magnitud “no se podía manipular” y por arte de magia hacer ganar a Meade en la Presidencia y al junior en la gubernatura.  

Pero al menos en el idioma de los símbolos políticos pareciera que el Presidente quiere confirmar esa versión. Si bien es cierto que una elección con un padrón tan alto de votantes como en Veracruz no se puede manipular, si hay que reconocer que en cualquier circunstancia el apoyo de “Los Pinos” moral y sobre todo financiero es fundamental. Solo en este contexto nos explicamos los comentarios que surgen de los equipo de campaña priístas: que el dinero su fluye como antes, que por eso los actos de Pepe son en calles angostas para producir la sensación de lleno – la plaza pública ya la ganó López Obrador -, que no hay apoyos para hacer los famosos “amarres”, que los candidatos a diputados federales también carecen de recursos para moverse, que no hay para convenios con la prensa, en fin, quejas por el estilo. En tanto los candidatos de la coalición PAN-PRD-MC andan a sus anchas gastando a manos llenas recursos poniendo en práctica cualquier artimaña para no ser auditados por el INE. En concreto, el apoyo de Los Pinos, no lo está viendo el PRI como en las grandes épocas de antaño.

En lo que a Pepe Yunes respecta, le pesa la ancha sombra del Duartismo, a veces hasta como que lo defiende, hay que recordar que fungió como su coordinador de campaña en el 2010, y repite la frase de que “ya está en la cárcel y que estábamos mejor antes”. En materia de inseguridad sí, mi buen Pepe, en corrupción no, y eso la gente aún lo tiene muy presente.

Finalmente creo que los hubiera no existen, menos en política. Sin embargo, no sería ostentoso señalar que Pepe hubiera sido mejor gobernador que Duarte. Por supuesto que sí, lo malo es que al momento de las definiciones en ese crucial 2010, no busco la candidatura como debiera y mostro tibieza. Sin duda la reforma a la Constitución promovida por Duarte para que la gubernatura fuera de dos años le afecto a Pepe, que la quería de seis como ahora. Rezagado en un tercer lugar, ya que está claro que la contienda por la gubernatura es entre Yunes Márquez y Cuitláhuac García, no le que queda a Pepe Yunes más que seguir mostrando ese don de oficio político natural que tiene, la facilidad de palabra para exponer sus propuestas – las de los otros dos candidatos también son buenas – y esperar una nueva coyuntura política que le favorezca en su afán de servir a los veracruzanos.  

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